Por eso, mientras le echaba un vistazo a la biblioteca de mi hermano pequeño, ha llamado mi atención uno de tantos libros que tiene: Los 200 Refranes Mas Famosos del Idioma Castellano (Ed. Susaeta). Lo cogí y me retiré a la terraza para poder leerlo con calma. Lo cierto es que no esperaba gran cosas mas que una ristra de refranes con una escueta explicación sobre su significado y procedencia. Que grata sorpresa fue la mía al descubrir en un libro aparentemente pueril, un grandioso decálogo de consejos y reflexiones de lo más útil.
Al ser imposible retranscribir todo (he de admitir que ganas no me faltan) y por miedo a que me denuncie la editorial por plagio (todo hay que decirlo), aquí os dejo una pequeña muestra de este gran descubrimiento:
DE AQUÍ A CIEN AÑOS, TODOS CALVOS
Es consejo que se emplea sobre todo con intención de consuelo muy similar a otro que dice: “no hay mal que cien años dure.” Vamos, que el que no se consuela es porque no quiere. Y, bien mirado, ¿Por qué no nos vamos a consolar, si todo lo de esta vida es fugaz y pasajero, efímero y mudable como la vida misma?
Si, pues, todo lo que se espera llega, lo que llega, pasa; lo que se teme, aparece; lo que agrada, termina, ¿para qué torturarnos pensando que lo que nos ocurre no tiene remedio? ¡Pues claro que lo tiene! Todo tiene arreglo. No hay más que ponerse a arreglarlo, en lugar de lamentarse. No correr del toro, sino hacerle frente; no hundirse en la desesperación, sino sacar ánimos de donde no los hay, para poder derrotar a la adversidad y poder seguir viviendo; no darse nunca por vencido, aunque se esté casi muerto. Estar convencido de eso: que nada- malo o bueno- nos ha de durar cien años, porque para entonces todos estaremos ya definitivamente “calvos”, y a nuestra calavera le va a importar muy poco lo que en el mundo ocurra entonces.
Bonita reflexión, de un refran tan curel en principio, sobre todo para los que a los 30 ya son calvos.
ResponderEliminar