lunes, 11 de abril de 2011

La Lisis y la Crisis


Hay amistades de duran toda la vida. Sin embargo son pocas las que permanecen y muchas las que se quedan por el camino. Cuantas veces ocurre que con el paso del tiempo nos acordamos a esa chica o chico con el que nos llevábamos tan bien, del que éramos tan amigos, y nos preguntamos qué habrá sido de él. Sin darnos cuenta le hemos perdido la pista por completo y no queda de ellos más que el recuerdo. Esto señores, es la lisis. Un buen día te das cuenta de que vuestros caminos se han separado sin quererlo y de que os habéis convertido en extraños el uno para el otro. Cosas que pasan… en cierto modo es inevitable, pero no por ello dejamos de tenerles un cierto cariño, aunque sea por los “viejos tiempos.” Sin embargo y como su propio nombre indica, la crisis implica un choque frontal. No todos somos iguales (¿Qué gracia tendría la vida sino?) y mucho menos compatibles. A veces ocurre que a pesar del cariño que se pueda tener a alguien hay cosas suyas que no se pueden soportar. También puede que se dé por un malentendido. Los dimes y diretes nunca han hecho ningún bien. O puede que incluso una ofensa involuntaria o a mala sangre. Estas últimas, de las menos comunes. Siempre he creído que los hombres somos buenos por naturaleza. Soy así de ingenua… Sea por lo que fuere, esta es, sin lugar a dudas la peor forma en la que puede terminar una amistad. Por eso a veces uno tiene que hacer un ejercicio de autocrítica y pensar si de verdad la culpa es del otro. Si por algún casual, nosotros no hicimos algo mal. Está claro que es mucho más sencillo culpar de nuestra desgracia a los demás eximiéndonos de toda culpa. A veces es nuestro ego y nuestro orgullo lo que nos impide salvar una amistad que realmente merecía perdurar. Rectificar es de sabios. Por ello no debemos tener reparos en pedir perdon. ¿Quien dijo que amar fuese no tener que decir nunca "lo siento"? ¡Malditos guionistas hollywoodienses! Amar es saber perdonar. A mi me gusta decir que todo tiene solucion excepto la muerte, sin embargo y muy a nuestro pesar hay amistades a las que esta les llega sin que podamos remediarlo. Por muy doloroso que nos resulte, a veces hay que podar las ramas secas para que puedan nacer otras más frondosas y robustas. La tierra no siempre es fértil. A veces está yerma, y por mucho que nos empeñemos, nuestra semilla no dará fruto en ella. Por desgracia, no siempre se recoge lo que se siembra, pero afortunadamente, siempre se recoge.

Paloma de Grandes V.  

1 comentario:

  1. Es duro ver que esto es una realidad como la vida misma, pero mas duro es ver como hasta los seres más queridos se esfuman como un grano de arena en una tempestad por culpa de crisis absurdas que nunca obtendrán respuesta. Cuando todo falla, lo que resite, por muy sorprendente que resulte, suele valer su peso en oro.

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