martes, 26 de marzo de 2013

Tened compasión



- Tened compasión de este pobre corazón que os ama en silencio por no entorpecer vuestro vuelo. Poned fin a este tormento que mi mente nubla y que me desespera. No soy nigromante ni adivina. La callada para mí no es respuesta. Decidme pues si he de alargar esta terrible espera o dad muerte a este amor que consume mi alma y enloquece mi mente. Os lo ruego Rodrigo. Dejadme marchar si no pretendéis amarme más no deis por supuesto que el tiempo hablará por vos. Si alguna vez amor por mí sentisteis dejad que me libere de estos grilletes que lastiman mi piel. Yo prepararé mi atillo y me iré voluntariosa, pero para eso necesito que esas palabras, aunque hirientes, salgan de vuestra boca. Sólo así podré irme en paz.

- No os amo. Cierto es que os ame alguna vez pero aquello que sentí se ha desvanecido al igual que el madrugador rocío al mediodía. Vos habéis hecho que se seque el riachuelo que alguna vez hicisteis brotar en mí. Solo vos sois responsable de esa sequía. Os marchasteis y espere vuestra vuelta muchos años. Bebiendo, batiéndome, buscando calor en los brazos de otras mujeres para no hallar más que un gélido frío ya que ninguna erais vos. ¿Como osáis venir después de tantos años a turbar esta tranquilidad que me ha costado tanto construir? ¿A quebrantar este silencio? ¿A zarandear mi alma de esta maldita forma? Os fuisteis señora y tras jurarme amor eterno, disteis muerte a ese amor y os lanzasteis a los brazos del primer fulano que se cruzó en vuestro camino y que os dio mala vida y que, estoy seguro, nunca llegó a amaros como lo podría haber hecho yo. Puede que fuésemos dos mozuelos. Que ignorásemos cómo funcionaba eso del amor. Pero yo os amaba. ¡Vive Dios que os amé! Con una pasión desmedida y absurda que mi mente aún no alcanza a comprender. 

[ A parte ] ¿Qué me pasa? ¿Acaso es que ese amor no ha muerto aún? 



¿Por qué aparecéis precisamente ahora cuando creía haberos desterrado de mi mente?

- Es simple. Yo os sigo amando. Nadie ha habido como vos en mi vida. Éramos dos mozuelos. Es cierto. Y mi inexperiencia me hizo seguir consejos de personas que se jactaban de haber vivido más que yo y que me decían que nuestro amor era imposible. Y necia de mí hice caso de aquellas palabras que yo creía sabias para no darme cuenta sino con el tiempo que alejarme de vos fue el peor error que pude cometer.

- He de irme.

- ¿A dónde?

- No lo sé. A donde pueda huir de los recuerdos si eso es posible…

- No. No os vayáis os lo suplico.

- Luisa dejadme salir.

- Sé que sentís algo todavía. Mentís cuando decís que no me amáis.

- No es cierto. Ya no os amo.

- ¿Entonces por qué seguís aquí?

[ Rodrigo sale de escena ]

Paloma de Grandes V.

No hay comentarios:

Publicar un comentario