Tú eres aquel río
que aparece y que se
esconde,
no se sabe nunca donde
mecido por el antojo
lunar.
Un misterio perpetuo
que nunca se
esclarece
Y cuyo rugido
enmudece
hasta al alma más
locuaz.
Quien me hubiera
dicho a mí
Que por los favores
de Diana
Fuera al mismo río
Guadiana
A lanzar mis redes al
fin.
Bello paraje de
ensueño
En el que las aguas
serenas
Devienen de pronto molestas
Cuando mis pies
sumerjo allí.
Más yo sé que estas
aguas
Que parecen tan
mezquinas
No son sino como
espinas
En el tallo de una
flor.
Una flor fragante y
dulce
Cuyo aroma trae
consigo
Cuan si fuera
peregrino
A este humilde
pescador.
Si es cierto que todos
los ríos
Van siempre a dar al
mar,
¿Seré yo acaso ese
mar
al que tú vayas a
parar?
Paloma de Grandes V.
Precioso Palomita!
ResponderEliminar