jueves, 28 de marzo de 2013

Aquel río



Tú eres aquel río
que aparece y que se esconde,
no se sabe nunca donde
mecido por el antojo lunar.

Un misterio perpetuo
que nunca se esclarece
Y cuyo rugido enmudece
hasta al alma más locuaz.

Quien me hubiera dicho a mí
Que por los favores de Diana
Fuera al mismo río Guadiana
A lanzar mis redes al fin.

Bello paraje de ensueño
En el que las aguas serenas
Devienen de pronto molestas
Cuando mis pies sumerjo allí.

Más yo sé que estas aguas
Que parecen tan mezquinas
No son sino como espinas
En el tallo de una flor.

Una flor fragante y dulce
Cuyo aroma trae consigo
Cuan si fuera peregrino
A este humilde pescador.

Si es cierto que todos los ríos
Van siempre a dar al mar,
¿Seré yo acaso ese mar
al que tú vayas a parar?

Paloma de Grandes V.

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